El alojamiento es una de las mayores preocupaciones para los estudiantes que deciden ir a vivir a otra ciudad mientras estudian en la universidad. Seguramente sea tras la elección de los estudios que se van a cursar, la decisión más importante que deberemos tomar ya que afectará a nuestra estancia, a nuestros estudios y en definitiva a nuestro estilo de vida.
Buscar mucha información es fundamental a la hora de buscar nuestro alojamiento. Las opciones son varias aunque sin duda, las más exitosas son las residencias estudiantiles para universitarios y la opción de compartir piso con desconocidos. Antes de tomar nuestra decisión vamos a valorar algunos pros y contras de la opción más demandada por los estudiantes: las residencias universitarias.
Este tipo de alojamiento lo podemos definir como un “hotel” para estudiantes. En la residencia, los alumnos tienen sus propias habitaciones y cuentan con algunos servicios que hacen su estancia más cómoda. De esta forma, si optamos por una residencia, no nos tendremos que preocupar por preparar la comida, limpiar nuestra habitación o lavar la ropa.
Además contaremos con instalaciones dentro de la misma residencia que nos ayudarán a estudiar, a descansar o a pasar más tiempo con nuestros compañeros. Las instalaciones son una de las principales ventajas de las residencias ya que cuentan con salas de estudio y de trabajos, aulas y talleres, zonas de ocio y descanso, instalaciones deportivas…
Un inconveniente de las residencias de estudiantes es que cuentan con un conjunto de normas que se deben cumplir ya que compartiremos las instalaciones con otros estudiantes. A priori pueden parecer algo más caras pero si analizamos todos los servicios que incluyen constataremos que el precio es parecido al del piso. Además, las residencias ofrecen una mayor seguridad para los estudiantes y suelen estar cerca de las zonas universitarias de las ciudades, permitiendo a los residentes ahorrar tiempo y dinero en transporte.